domingo, 8 de septiembre de 2013

Domingo 21 de Julio.- Zarautz - Marquina.- 51 Km.

Como siempre me levanto temprano. En el camping, todo cerrado, solo las mujeres de la limpieza (emigrantes) limpiando los baños. Antes de marchar contemplo la impresionante vista de la playa de Zarautz (foto 43).
Hay un camino para bajar con una cuesta considerable, lo malo será subirla luego, para los que están aquí claro, porque yo... me largo.

Los vecinos habrán dicho: “Este tío vino ayer por la tarde a ultima hora, montó la tienda, se hizo la cena, cenó y ahora ya no está. Pobre, ¡con lo bien que se está aquí, tan fresquito!”. Lo que no saben ellos, es que yo no valdría para estarme todo un mes sin moverme de un sitio fijo. Así, recorriendo el camino, me siento vivo.

Bajo por la carretera (la que me costó ayer tanto subir) y me acerco hasta la playa que tan gratos recuerdos me trae (estuve con Carmen de novios, Ja,ja,ja..)(foto 44) 


Hay una anécdota muy buena que no puedo por menos de contarla: “ya sabéis que en esta playa hay olas bastante grandes, una de ellas le arrebató la parte superior del bikini con las consiguientes risas, no lo olvidaré nunca, porque entre otras cosas era la primera vez que le veía las tetas a mi novia,¡eran otros tiempos claro!”.

Encuentro un bar abierto y desayuno. De allí a Guetaria, también de grato recuerdo: “cenamos un besugo a la brasa que estaba de muerte y luego llegó tarde a la residencia de la Sección Femenina, menos mal que su hermana Fina le hechó una mano para poder entrar por una ventana”.
Por la costa sucesivamente Askizu, Zumaia, Itziar y Deba (fotos 45 - 49). 





 






Por un paisaje precioso sucesivamente Mutriko y Ondarroa donde entramos en Vizcaya, (fotos 50 - 52).




 Después dejamos (+) la costa, el recorrido se hace más lóbrego pero también con más sombra que se agradece, lo que no cambian son las subidas y bajadas en un “rompe - piernas” continuo. Me ha llamado la atención esta casa abandonada próxima a Marquina (foto 53) ¡Con lo que costaría a su dueño construirla y, ¿ahora qué?, allí está abandonada por sus herederos!




Llego pronto y tengo que esperar (fotos 54 - 56). 







Salimos a buscar un restaurante que dan menú peregrino, me acompaña una señora francesa o belga pero, que habla algo de español. Markina (como dicen ellos) es una villa señorial con una plaza mayor grandísima y también con muchas banderas, raro es el edificio que no tiene, una o varias (fotos 57 - 59). 
















 
Cenamos unos cuantos peregrinos juntos de varias nacionalidades, el único cilista soy yo, así que posiblemente ya no los volveré a ver. Bueno, ¡nunca se sabe!...


(+) No os extrañe, mis queridos lectores, que algunas veces hable en plural pero es que somos dos: mi rucio y yo. Ja,ja,ja.